Desde que tengo memoria, el arte ha sido una parte fundamental de mi vida. Siempre me sentí atraído por la pintura, la música y todo lo relacionado con el arte y el skate. De pequeño, solía rayar todo lo que encontraba a mi paso, y muchos de mis amigos de la infancia fueron mis primeros lienzos cuando los “decoré” con bolígrafos y marcadores.
Estudié diseño gráfico y, durante un tiempo, dirigí una agencia de publicidad, creando identidades de marca para una gran variedad de empresas. En el camino, algunos amigos me pidieron que diseñara tatuajes para ellos, y eso despertó en mí un interés profundo por el mundo del tatuaje. Fue entonces cuando decidí explorar este arte de manera más seria.
En 2018, me dediqué por completo al tatuaje. A lo largo de estos años, he tenido la suerte de conocer a muchas personas increíbles y de viajar a varios países, lo que ha enriquecido mi camino artístico. Me entrego a cada diseño con mucha pasión, porque lo que más me importa es que mis clientes vivan una experiencia única y memorable.
Sé que aún tengo mucho que aprender, pero hoy puedo decir con certeza que hago lo que me hace feliz. Mi sueño es seguir viajando por el mundo y llevar mi arte a cada rincón, siempre disfrutando de cada momento. Mi lema es “¡Fresas que la vida es crema!” y me siento pleno, agradecido por haber salido de mi zona de confort y haberme lanzado a ir tras lo que realmente quiero.
Cada persona que me permite tatuarla deja en mí una pequeña parte de su esencia, lo que hace que mi arte esté en constante evolución.